Una estrategia de inversión de arbitraje por la que un inversor mantiene una posición “larga” de un valor o producto junto con una posición “corta” en un contrato a futuros sobre el mismo valor o producto. En este caso, el primer valor se mantiene hasta la fecha de vencimiento del futuro, cubriendo así la posición corta a través de la inversión realizada anteriormente en la posición larga.