Un instrumento financiero cuyo valor deriva de, y depende del valor de otro activo o instrumento financiero denominado subyacente (como una tasa de intercambio, materia prima, acción, índice, bono o contrato hipotecario). El principal uso de los derivados es disminuir el riesgo para una de las partes al mismo tiempo que se ofrece una gran rentabilidad potencial con mayor riesgo para la otra parte. Hay cuatro tipos principales de contratos derivados: forwards, opciones, futuros y swaps.